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Por Qu​é el Live Action de One Piece Funciona

Discutimos las claves de la reciente y exitosa adaptación de la mano de Netflix

Lo que comenzó como el proyecto de un joven de 22 años ha acabado siendo una de las franquicias más populares y rentables del mundo. El manga “One Piece” comenzó su serialización en 1997, obteniendo su adaptación al anime tan solo un año después, y no ha parado de recoger éxitos desde entonces, incluyendo el Récord Guiness de la mayor cantidad de copias vendidas por un solo autor. Este titán de la industria del manga lleva dominando también el mercado internacional por más de 25 años, y este año ha tomado la decisión de adentrarse en una nueva aventura, esta vez en imagen real.


De la mano de Netflix, los primeros cien capítulos de la historia han sido adaptados a un serial de ocho episodios ‘live action’, información que, cuando se reveló, causó el pánico entre la comunidad de fans de la serie. Y no sin razón, porque la mayoría de mangas que han sido adaptados a imagen real en los últimos años han carecido de carisma alguna, siendo la película de “Death Note” realizada por el propio Netflix en 2017 uno de los fracasos más sonados. “One Piece”, sin embargo, ha salido victorioso una vez más, colocándose como lo más visto de la plataforma en 84 países en las últimas semanas. Aquí discutiremos las claves que han llevado a esta serie a romper la maldición.



En primer lugar, se encuentra la participación del creador del manga original, Eiichirō Oda. quien ha estado involucrado en la creación de la serie en cada paso de la misma. Eligió él mismo a los actores principales teniendo en cuenta su parecido con los personajes, no tanto por físico, sino en esencia. Iñaki Godoy, el intérprete del mítico protagonista Monkey D. Luffy, fue escogido por su manera de reírse, tal y como reconoció el propio Oda en una entrevista con el actor, y su espíritu juvenil, que le recordaba al personaje. Llegó a detener la serialización de su manga un mes para poder implicarse lo mayor posible en la grabación, realizada en Sudáfrica, y asistió a la premier de los dos primeros episodios en Los Ángeles, sin siquiera ser reconocido.


Entrevista entre Iñaki Godoy y Eiichirō. Fuente: Netflix

Hablando de la grabación, los sets y efectos prácticos incluidos en la serie son una de las mayores bazas de la misma. La trama se desarrolla principalmente en el mar, en diferentes barcos, y cuatro de ellos fueron construidos para que fueran funcionales y navegables. Los sets no son simples fondos realizados por ordenador a los que Marvel y Disney nos han acostumbrado, sino que son lugares materiales, lo cual hace que estén incluso más integrados en la historia, llegando incluso a tener una personalidad propia.


El resto de sets también han sido construidos para construir el imaginario de la serie, repletos de easter eggs y guiños a los más fans acérrimos, y que anuncian la posible aparición futura de otros personajes, o incluso potencialmente llegan a confirmar teorías que los fans llevan discutiendo durante años. El uso de efectos especiales es selecto, y balanceado con el de efectos prácticos, creando un colorido y fantástico mundo que no deja nunca de parecer tangible.



Imágenes de las escenas del rodaje de la serie. Fuente: Netflix


No obstante, lo que posee esta adaptación que otras no han sabido manejar, sin embargo, es la esencia del material original. El manga es un medio único, con sus propias peculiaridades, y particularmente “One Piece” es una serie que ha conseguido desarrollar un estilo y carácter​ realmente únicos. Mantener ambos ha permitido a la serie atraer a previos fanáticos de la obra, mientras llama la atención de posibles nuevos espectadores, que ya no se sienten tan intimidados por su duración. Los planos y movimientos de cámara pueden parecer al principio algo excéntricos, con una gran cantidad de primerísimos primeros planos, o planos superpuestos, que no son propias de una plataforma como Netflix. El objetivo es imitar el estilo del propio manga, mostrando de esta manera un respeto a la fuente original que aporta además a la serie un estilo propio, que le da un aire fresco ante un panorama que presenta normalmente uniformidad en su contenido.


La serie en sí también ha cambiado elementos de la historia, ya sea para acortar su duración o para darle un acabado más coherente, pero la esencia de la obra original continúa. Tanto las escenas más icónicas como los rasgos de los personajes o sus dinámicas. Todo lo que ha llegado a caracterizar a la serie y ha recibido las alabanzas de sus seguidores ha sido mantenido e incluso destacado. El mayor acierto de la adaptación ha sido saber identificar las fortalezas del trabajo de Oda, sin tener miedo a arriesgarse, cambiando otros elementos en su favor.



Netflix ya ha anunciado varias adaptaciones ‘live action’ de otras series de animación, entre las que se encuentran títulos como “Avatar: la Leyenda de Aang”. Aunque no hay nada seguro, si continúan con el trabajo realizado y mostrado en esta última, es posible que nos encontremos ante una nueva tendencia entre plataformas. Queda aún por ver si el éxito de “One Piece” se convertirá entonces en la regla o en la excepción.


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