Una serie que presenta la realidad de los adolescentes lgtbiq+ desde la sensibilidad y el buen gusto
Estrenada en abril de este mismo año, "Heartstopper" es una serie de Netflix basada en la saga de libros de Alice Oseman, que ya fueron un gran éxito en su momento. Es la propia autora la que se ha encargado de llevar a la vida a los protagonistas de sus novelas, lo cual asegura la fidelidad de la serie a la saga.
Con un elenco formado principalmente por actores poco conocidos, tiene como protagonistas a Kit Connor, que interpretó al pequeño Elton John en “Rocketman” y Joe Locke. Ambos, como el resto de actores que participan en la serie, tienen entre 17-19 años. Con esto, la autora ha tratado de acabar con la usual elección de actores en la veintena que encarnan a adolescentes, lo que permite al público identificarse mejor con los protagonistas, ya que a pesar de poder ser visionada por personas de cualquier edad, el público directo son los jóvenes, especialmente los recién entrados en la adolescencia. Tal fue la fama y el apoyo que recibió la serie tras su estreno, que ya están confirmadas una segunda y tercera temporada.
Presenta la realidad de un adolescente gay y el comienzo de su inocente primer amor, en un ambiente rodeado de personas del colectivo lgtbiq+, dando visibilidad a la realidad de muchos jóvenes que no encontraban representación dentro del cine.
Hay un trabajo magnífico tanto por parte de directores como de actores para conseguir que una serie aparentemente sencilla refleje, como pocas, la vida real de los adolescentes, el proceso de autodescubrimiento, el miedo al rechazo , el bullying y el funcionamiento de las amistades. Siendo todos los temas tratados con la delicadeza que requieren .
A pesar de la sensibilidad y el optimismo inicial que trata de transmitir la serie, no deja atrás la existencia de la homofobia en la realidad de estos jóvenes, y en especial en las aulas. Se ve en numerosas ocasiones como Charlie, uno de los protagonistas, es víctima de insultos y ridiculizaciones. No obstante, refleja con esto la importancia de rodearse de un entorno seguro que refuerce la identidad individual a pesar de las críticas.
La serie es un soplo de aire fresco, aunque puede no ser para todos los gustos ya que representa una cotidianidad qué puede resultar tediosa según el tipo de espectador.
Está diseñada al detalle, cosa que puede verse en la banda sonora seleccionada, formada exclusivamente por grupos británicos actuales que forman parte del propio colectivo, tratando así de dar visibilidad también dentro de la música.
Recuerda en cierta manera a “Los Bridgeton” porque engancha simplemente de forma visual desde un principio. Incluso añade elementos como flores o corazones dibujados, recordando de esta manera que la saga de libros en la qué se basa son cómics, por lo que es interesante que quiera seguir manteniendo el “estilo” de los mismos.
Se ven claramente influencias de series también bastante recientes como “Young Royals”, que tiene un argumento similar presentado en un contexto más irreal. Es relevante destacar también el estilo juvenil de la propia grabación, lo que se observa en los planos, colores vivos o enfoques, se hacen de una manera “fresca”, algo bastante en tendencia dentro del cine actual (como vemos en “Enola Holmes”, “Emma” o la nueva película de “Sentido y Sensibilidad”).
“Heartstopper” se ha convertido sin duda en un éxito mundial que no deja indiferente. Más allá de la propia trama, que puede o no resultar interesante, esta serie está destinada a acabar con años de adolescencias robadas y permite a las nuevas generaciones verse representadas en una realidad, que innegablemente existe, a pesar de los intentos por mantenerla oculta.
