Comienza el pulso por el voto: El Partido Popular apuesta por una gira de superestrella para alcanzar la tan anhelada mayoría absoluta
Música a todo volumen, un ritmo muy marcado y un mar de gente expectante. Desde luego lejos de un mero mitin político, el evento hoy organizado por el Partido Popular en Getafe parecía más bien un combate de boxeo en el momento previo a que el favorito invicto suba al ring. Una celebración a la altura de una estrella del rock, teniendo como gran protagonista a Isabel Díaz Ayuso. Un evento que pretendía transmitir esa sensación de victoria, de ganas de ganar como dicen los populares, a la búsqueda de convencer al electorado de que elija el voto útil.
Desde luego, hay que reconocer que el marketing llevado a cabo por el partido ha sabido combinar la música y su efecto motivador con un eslogan que sin duda tiene mucho enganche entre el público. Porque, ¿a quién no le gusta sentirse como un ganador? Sin duda una referencia a la teoría del caballo ganador que, para quien la desconozca, se resume en que el votante a menudo vota al partido que cree que tiene más oportunidades de ganar, pues de alguna forma se siente así que ha ganado con ellos.
Sin embargo, lo que nos atañe no es comentar si estuvo o no bien pensada la campaña o si es pegadiza o no la letra del vídeo de Ayuso, pues lo importante es que no perdamos de vista la objetividad de lo ofrecido por el partido a las puertas de unas elecciones que las encuestas presentan como decisivas para la capital del país.
Decisivas, sí, pues según numerosos sondeos el Partido Popular estaría rozando la mayoría absoluta el próximo 28 de mayo. Mientras que las estimaciones de 40dB le atribuyen los 69 escaños de la mayoría, otras fuentes como GAD3 o El Plural son más pesimistas, apostando por los 67 y 65 escaños, respectivamente. Y el asunto de con quién habrían de pactar los azules para conseguir la mayoría en estos dos últimos casos lo dejaremos a libre interpretación del lector.
En todo caso, lo que nos queda claro a la vista de lo acontecido hoy es que los populares han querido entrar con el convencimiento de una mayoría ya consolidada. Victoria que parece mucho más lejana en un escenario como el de la históricamente socialista ciudad de Getafe.
Pero ¿cuál ha sido el objetivo del partido detrás de toda esta euforia colectiva? Si algo nos ha quedado claro ha sido su intención de mostrarse unidos y cohesionados. Feijóo pidió abiertamente el voto por Isabel Ayuso. Las menciones a la falta de unión de la izquierda, enfrentada a la supuesta cohesión de la derecha nos hacen pensar que quizá Casado tendría algo que decir al respecto.
Continuando con las críticas y comparaciones con el escenario actual del Gobierno, Feijóo ha introducido también la comparación con el resto de países europeos con respecto a la subida de los precios en la cesta de la compra. Y si algo ha sobresalido del discurso del político gallego ha sido la propuesta de derogar el sanchismo. Ayuso ha hecho, por su parte, menciones al terrorismo y a la presencia de Bildu en el Gobierno, con frases como: Si el terrorismo es pasado, ¿por qué la guerra civil es presente?
Ahora sí, volviendo a la política –o más bien a la ciencia política y a la gestión pública más allá del politiqueo y la crítica al adversario– las medidas anunciadas por el partido se han sabido amoldar al público que le escuchaba, con muchas menciones a las familias trabajadoras y humildes y a una modificación de la política fiscal que pretende bajar los impuestos a las rentas bajas y altas. Las alusiones a la sanidad pública, mientras tanto, brillaban por su ausencia.
Se ha alabado el potencial de la ciudad de Getafe como sede de grandes multinacionales, ciudad universitaria y casa de un equipo de fútbol de primera. Junto con propuestas a favor del ocio, de la libertad económica y el fortalecimiento de los servicios públicos, Díaz Ayuso ha anunciado la transformación del transporte público en la Comunidad: solo habrá dos tarifas, una para la zona A (Madrid capital) y otra para la zona B (el resto de la región).
Este proyecto, promete la presidenta, supondría un ahorro que llegaría a los 180 euros anuales para los usuarios. Además, continuarán las ampliaciones del Metro de Madrid, concretamente de las líneas 12, 11 (que unirá Madrid de norte a sur) y 9 (mejorándose la conexión con el aeropuerto de Barajas). Por último, se implantará también la medida de autobuses de uso prioritario para favorecer la interconexión de la Comunidad.
Si tanta promesa acabará cumpliéndose o si estamos ante palabras vacías es otra historia. Lo que nos llevamos de este evento es la conclusión de que eso mismo, la palabra, tiene un poder que a menudo infravaloramos. Y es que la política, querido lector, está basada en la combinación de fonemas, de sílabas que puestas en conjunto pueden definir un proyecto y crear un convencimiento que el día de mañana nos lleve a las urnas.
Y si la palabra de la campaña del Partido Popular estas elecciones es, en efecto, «Ganas»; es importante que nosotros los ciudadanos demostremos también tener las ganas de formarnos una opinión y de usar el espíritu crítico para tener un criterio propio. Porque para apostar ya está el fútbol. Y la política, por mucho que quieran venderla algunos como mero Sálvame o telenovela, nos atañe a todos.