A falta de unos días para que se cumpla el tercer aniversario del confinamiento por el Covid-19 en España, los orígenes del virus todavía no están claros
Vuelven a sonar las alarmas por el Covid-19. Tranquilidad, porque no vuelve ninguna pandemia, de momento. Sin embargo, la pandemia del coronavirus va a estar presente, desgraciadamente, en el recuerdo de todos los ciudadanos del mundo. Casi 7 millones de personas han perdido la vida por culpa de la enfermedad y, a día de hoy, todavía hay gente en los hospitales que sigue luchando contra ella o están quienes permanecerán con secuelas crónicas por culpa de la enfermedad, como el COVID persistente, diabetes o hipertensión. Aunque en los medios de comunicación no se hable prácticamente nada sobre la pandemia y sus consecuencias, lo cierto es que muchas personas siguen y seguirán padeciéndola.
A día de hoy sigue una de las preguntas más importantes: ¿cómo y por qué se propagó el virus? Lo que se sabía hasta ahora es que todo se originó en el Mercado mayorista de mariscos de Huanan, en la ciudad china de Wuhan. La teoría que hasta el momento manejaban los científicos y los organismos internacionales científicos, era que la transmisión del virus se produjo de animal a humano. La versión que se ha escuchado con frecuencia siempre ha sido la que involucraba al murciélago como especie origen de la enfermedad, directamente o a través de otro ser vivo.
Una virus tan mortal como el Covid-19 requiere una investigación profunda sobre su procedencia. Estados Unidos, a través de su Departamento de Energía (organismo responsable de la política energética y de la seguridad nuclear), ha revelado la existencia de un informe clasificado que “determina con baja confianza que el virus se escapó de un laboratorio chino”. Misma conclusión a la que ha llegado el FBI, que, a través de su director Christopher Wray, afirmó que desde hace bastante tiempo la agencia de inteligencia ha evaluado el incidente en un laboratorio como la causa más probable.
Este informe del Departamento de Energía es el resultado de la presión ejercida por el Partido Republicano tras conseguir la mayoría en la Cámara de Representantes a finales de 2022. No obstante, la información revelada no ha generado unanimidad en el veredicto; más bien, todo lo contrario. Las 18 agencias que conforman la Comunidad de Inteligencia de los Estados Unidos han tenido acceso a este informe y no han llegado a ninguna conclusión general. En relación con esto, ninguna agencia cree que la transmisión del virus fuese intencionada con el objetivo de desarrollar un arma biológica.
La gran mayoría de científicos se muestran reticentes ante esta nueva afirmación. Incluso algunos critican esta información. El biólogo evolutivo de la Universidad de Arizona, Michael Worobey, dice que personalmente se toma estos informes de inteligencia con una mirada escéptica porque cree que las personas que los hacen “no tienen la experiencia científica para entender los datos más importantes que necesitan entender”. La comunidad científica exige a Estados Unidos que publique el informe del Departamento de Energía, porque está produciendo que muchas teorías conspirativas vuelvan a resurgir, aumentando la desinformación. Desde que el informe saliese a la luz, las menciones sobre la teoría de la posible fuga del virus de un laboratorio se han disparado un 100.000%, según Zignal Labs -empresa de servicios de software de inteligencia de medios.
Como era lógico, China ha desmentido rotundamente su participación en la transmisión del coronavirus. El gigante asiático ha criticado a su ‘enemigo’, alegando que el informe tiene un fin evidente de politizar la búsqueda del origen del virus. Los desmentidos van a venir de un lado de y de otro, al igual que los informes; sin embargo, esto no hace más que poner trabas a la investigación de una de las pandemias más brutales de nuestra historia.