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China y Rusia: ¿Una amistad con fecha de caducidad?

Un análisis a la relación entre estas dos naciones "hermanas" y un vistazo a su futuro

¿Cómo y cuándo comienza esta unión política? El asentamiento de esta alianza es difícilmente definible por los numerosos altibajos que sufrió. En esta línea cronológica destacan el Tratado de Amistad, Ayuda y Asistencia Mutua, firmado por Mao y Stalin justo al final de la guerra civil china. A este evento le siguió la ruptura entre Moscú y Pekín, la cual empujó a China a los brazos de Washington. Tras el estallido de la Guerra Fría la relación sino-americana se estrechó, pero solo tras la muerte de Mao Zedong estos países volvieron a entablar relaciones.


A partir de ese punto, los lazos fraternales crecieron y llegan hasta hoy en día. Sobre el papel, estas regiones hegemónicas gozan de una amistad sólida y fructífera. Hechos como las 38 reuniones mantenidas entre Xi Jinping y Vladímir Putin lo demuestran y mandan un mensaje a los cuatro vientos. El pasado 4 de febrero ambos mandatarios afirmaron que este idilio solo haría más que crecer.

Putin y Xi Jinping en el Kremlin. Fuente: Atalayar

¿Pero realmente qué es lo que impulsa esta amistad? A primera vista, resulta evidente hablar de las relaciones comerciales, políticas y militares entre ambos estados. Aunque los lazos siempre se construyen sobre algo y, en este caso, lo más racional es señalar a la defensa del socialismo y el rechazo al establecimiento de Estados Unidos en el trono mundial. Incluso en este último punto existen diferencias, ya que Rusia sostiene que Biden debe aceptar una realidad dominada por varias superpotencias. Mientras que China no se limita a esa postura y, basándose en su potencial, busca establecerse como la nueva dominancia mundial.


Como se puede apreciar, existen discrepancias en el elemento más fundamental de la relación. En base a este comienzo, muchos expertos sugieren que esta fuerte fidelidad se debe más a la necesidad de entenderse que a otra cosa. Un peligro más que azota el horizonte eslavo es el monstruoso crecimiento de China que ya ha dejado relegado al Kremlin, no obstante, se siguen haciendo falta, al menos hasta el momento. A raíz de este auge se podría dar el escenario en el que Rusia se convierta en un aliado importante, pero no en un igual para el país mandarín.


En el panorama geopolítico se cuentan por decenas los desplantes de China hacia Rusia. Su neutralidad y ambigüedad en lo tocante a Ucrania, su negativa a apoyarles en caso de hundimiento económico y la dependencia del dinero occidental les hacen mirar a otro lado. Su imparcialidad se debe al miedo por las sanciones y la verdadera importancia que dan a otros frentes como Taiwán. Autoridades chinas con trato en la UE dicen que no les gusta nada la tensión que está cobrando la relación entre ambos, puesto que China no quiere verse obligada a elegir entre ninguno de sus amigos.

Muro representando el choque entre China, Estados Unidos, Rusia y la Unión Europea. Fuente: CER

¿Puede caber la traición entre las bazas a jugar por Pekín? Esta cuestión es del todo compleja y para contestarla solo se pueden contemplar los antecedentes. Como claro ejemplo se encuentra Bielorrusia. Esta ex república soviética es el aliado por excelencia del Kremlin, al menos aparentemente. Es cierto que el país dirigido por Lukashenko es muy afín a Putin, pero las disconformidades entre estos dos protagonistas surgen a partir de su hipotética unificación en el Estado de la Unión. Este proyecto fue visto en el vecino de Rusia como una oportunidad de dominar a su viejo amigo.


Este acercamiento escondía un intento de anexión por parte de la Duma, la cual siguió presionando para conseguir una respuesta. Lukashenko, abrazando al nacionalismo, se negó y esto se tradujo en un recorte del 75 % del petróleo ruso. Tan pronto como se produjo este movimiento, Estados Unidos apareció por Minsk para ofrecerse a suplir dicha carencia y apoyar la autodeterminación de esta región. Tras este aproximamiento, el ejecutivo bielorruso amenazó con distribuir petróleo ruso sin consentimiento a la Unión Europea y empezó a comprar crudo noruego.

Reunión entre Lukashenko y Putin en Sochi (15/02/2022) Fuente: ICDS

Como se puede apreciar, esta federación se encuentra en un momento crítico en el que no puede perder aliados ni elevar demasiado el tono. Por una parte, el alejamiento de Bielorrusia amenaza la autoridad rusa en su entorno y hace entrever a China que su aliado no goza de tanta influencia y poder como solía ostentar. En definitiva, la reciente crisis podría suponer un KO para el Kremlin y la señal que esperaban Xi Jinping y los suyos para dejar en caída libre a la madre patria.


Con todo lo anteriormente mencionado podemos concluir que Rusia se encuentra en una realidad dura de la que China ha tomado nota para saber como afrontar la inevitable lucha que acontecerá con EEUU por la corona mundial. También los mandatarios de la república popular se habrán dado cuenta de que su objetivo es un fin mayor y que una relación tan poco estable como esta no les asegura nada. Ahora solo toca esperar y ver si Pekín será ese titán que haga temblar la arena geopolítica casi seguro en un duelo en solitario contra los americanos. Mientras Rusia se lame las heridas y aguarda al siguiente asalto como aliado o enemigo de la próxima superpotencia.

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